Hace unas semanas los alumnos del Grado de Gestión Deportiva de la Universidad Europea reflexionaban, en este mismo blog, sobre la lista Forbes de deportistas más ricos, lo que hizo que me planteara las razones por las cuáles estas listas son prácticamente idénticas año tras año, con alguna pequeña novedad o cambio de posición pero siempre con los mismos integrantes.
Además, si esta lista la extrapolamos a entidades o clubes, en lugar de personas físicas, observamos que esa escasa variabilidad se convierte en una tónica que a nadie sorprende, únicamente alterada por la inclusión de algún jeque o millonario ruso. En este sentido, el dato más destacable de la última edición de esta rutinaria publicación fue la inclusión del Real Madrid C.F. a la cabeza de los clubes más ricos con unos ingresos por encima de los 650 millones de dólares, llegando a obtener los ingresos de explotación (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, y traspaso de jugadores) más altos en el mundo del fútbol con 134 millones. Estos valores unidos a un beneficio operativo de 170 millones lo alzan a la primera posición con una valoración global de 3.300 millones de dólares, superando en 165 millones a su más cercano perseguidor, el Manchester United, que desde el año 2004 había ocupado la parte más alta de la lista.
Independientemente de estas anecdóticas permutas en las posiciones del ranking, llama la atención el enorme crecimiento en el valor de los clubes en tan solo un año. Siguiendo con el ejemplo anterior, el Real Madrid ha incrementado su valor en un 76% con respecto al año anterior. Por su parte, el otro equipo de la liga española, situado entre los clubes más valiosos del mundo, el F.C. Barcelona, ha acrecentado su valía en un 99%, alcanzando con ello la tercera posición y completando el pódium de este ranking.
En definitiva, podemos afirmar que los clubes más valiosos son siempre los mismos y cada año incrementan esa valía, pero llegados a este punto cabe plantearse los motivos que originan esta situación. No se debe olvidar que ninguno de los tres clubes que conforman el pódium de esta lista ha ganado la UEFA Champions League (considerada la competición más prestigiosa) en los dos últimos años, por lo que parece que este crecimiento económico resulta independiente de los éxitos deportivos.
La búsqueda de soluciones en relación a esta cuestión me hizo recordar lo que el sociólogo Robert Merton acuñó como “el Efecto Mateo” basándose en un versículo del Nuevo Testamento en el que se puede leer “porque al que tiene le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”. Trasladado a nuestro ámbito, son los clubes más valiosos los que tienen más probabilidades de recibir esa oportunidad especial o como denominan los sociólogos “ventaja acumulativa” que permite ahondar en el éxito.
El calificativo de club más valioso del mundo, es un atractivo para que numerosos patrocinadores busquen asociar su marca al Real Madrid. Esta competitividad entre marcas implica que los ingresos por patrocinio sean mayores al disponer de una posición ventajosa en la negociación, lo que facilita, en definitiva, que al año siguiente su valor sea aún mayor. Asimismo, este incremento anual de los ingresos permite realizar grandes inversiones en nuevos jugadores que a su vez colaboran en el incremento de la valía del club. El prestigio adquirido en sus inicios por el Real Madrid y el resto de clubes que figuran en esta lista fue suficiente para que año tras año incrementen las diferencias con respecto a los clubes menos valorados, independientemente del éxito deportivo.
Por lo tanto, se puede afirmar que las consecuencias derivadas del “Efecto Mateo” son las causantes de que cada año se agraven las diferencias de valor entre clubes. Afortunadamente, el deporte y más concretamente el fútbol dispone de un factor aleatorio que garantiza la alternancia en los resultados y que ofrece la oportunidad de minimizar esas grandes diferencias de valor económico dentro del contexto deportivo, ofreciendo múltiples alternativas en los campeonatos disputados, fenómeno que siguiendo con el contexto bíblico podría ser considerado como “Efecto David-Goliat”. Sin embargo, este incremento de las diferencias, año tras año, reduce esta incertidumbre a valores mínimos, convirtiendo las competiciones regulares de cada país en torneos previsibles, donde la alternancia de campeones se convierte, en algunos casos, en un fenómeno dual donde la competitividad brilla por su ausencia.
En definitiva, podemos afirmar que los clubes más valiosos son siempre los mismos y cada año incrementan esa valía, pero llegados a este punto cabe plantearse los motivos que originan esta situación. No se debe olvidar que ninguno de los tres clubes que conforman el pódium de esta lista ha ganado la UEFA Champions League (considerada la competición más prestigiosa) en los dos últimos años, por lo que parece que este crecimiento económico resulta independiente de los éxitos deportivos.
La búsqueda de soluciones en relación a esta cuestión me hizo recordar lo que el sociólogo Robert Merton acuñó como “el Efecto Mateo” basándose en un versículo del Nuevo Testamento en el que se puede leer “porque al que tiene le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”. Trasladado a nuestro ámbito, son los clubes más valiosos los que tienen más probabilidades de recibir esa oportunidad especial o como denominan los sociólogos “ventaja acumulativa” que permite ahondar en el éxito.
El calificativo de club más valioso del mundo, es un atractivo para que numerosos patrocinadores busquen asociar su marca al Real Madrid. Esta competitividad entre marcas implica que los ingresos por patrocinio sean mayores al disponer de una posición ventajosa en la negociación, lo que facilita, en definitiva, que al año siguiente su valor sea aún mayor. Asimismo, este incremento anual de los ingresos permite realizar grandes inversiones en nuevos jugadores que a su vez colaboran en el incremento de la valía del club. El prestigio adquirido en sus inicios por el Real Madrid y el resto de clubes que figuran en esta lista fue suficiente para que año tras año incrementen las diferencias con respecto a los clubes menos valorados, independientemente del éxito deportivo.
Por lo tanto, se puede afirmar que las consecuencias derivadas del “Efecto Mateo” son las causantes de que cada año se agraven las diferencias de valor entre clubes. Afortunadamente, el deporte y más concretamente el fútbol dispone de un factor aleatorio que garantiza la alternancia en los resultados y que ofrece la oportunidad de minimizar esas grandes diferencias de valor económico dentro del contexto deportivo, ofreciendo múltiples alternativas en los campeonatos disputados, fenómeno que siguiendo con el contexto bíblico podría ser considerado como “Efecto David-Goliat”. Sin embargo, este incremento de las diferencias, año tras año, reduce esta incertidumbre a valores mínimos, convirtiendo las competiciones regulares de cada país en torneos previsibles, donde la alternancia de campeones se convierte, en algunos casos, en un fenómeno dual donde la competitividad brilla por su ausencia.
Para concluir, es importante no olvidar que, aunque estos clubes dispongan de esas oportunidades y ventajas de las que otros carecen, una buena gestión y una capacidad de toma de decisiones acertada, es la diferencia entre los buenos y los mejores. El Efecto Mateo no es fruto de la casualidad, es un término acuñado para reducir un número incontable de factores a una simple expresión, un intento por aunar un cúmulo de variables para alcanzar el éxito en una sola palabra. El control y conocimiento sobre ellas, el interés por descubrir nuevas vías de crecimiento, así como la capacidad de adaptarse y aprovechar una ventaja competitiva son las claves para constituir un referente a nivel mundial o como denominó Malcolm Gladwell en su libro, un “Fuera de Serie”. Cualquier líder debe estar preparado y localizado en el lugar y el momento indicado para aprovechar una oportunidad que en ocasiones es única. Por ello, me gustaría finalizar esta aportación con la siguiente pregunta, ¿es la capacitación del líder la variable determinante del “Efecto Mateo”?
Extraordinario artículo. No se me ocurre como puede cambiar la dinámica generada en el fútbol español -y europeo en general-, como no sea que los grandes clubes pierdan valor a la vez que pierden valor las ligas domésticas, y por ello quieran contribuir a la mejora del reparto de derechos televisivos. Aún veo lejos una liga europea de grandes clubes, que sería la otra salida que tendrían Real Madrid, Bayern, Manchester, etc.
ResponderEliminarCreo que se tendría que producir un milagro, que podríamos llamar "efecto Bodas de Caná" para que cambiase algo...
Muchas Gracias por tu comentario Benito. En mi opinión y como comento en el artículo, es muy difícil cambiar esta dinámica. A corto plazo, la única solución sería la inclusión de algún multimillonario en un club modesto, como ha sucedido con el Manchester City hace unos años (9º Club más valioso del mundo en la actualidad) o más recientemente con el Paris Saint Germain o el A.S. Mónaco. Sin embargo, esto no es muy habitual y supone pequeños cambios, como la entrada de 2-3 clubes nuevos en la lista. Por ello, este fenómeno no alteraría los primeros puestos de esta lista debido a toda la ventaja acumulada por estos equipos a lo largo de su historia (Real Madrid, Manchester o Barcelona).
EliminarIncluso, la liga europea que comentas considero que no pondría fin a este "Efecto Mateo", mejoraría el balance competitivo, pero el valor económico de estos equipos se incrementaría aún más por el mayor interés que generaría esta competición a nivel internacional. Además, esto supondría la decadencia del resto de ligas y con ello mayores diferencias con el resto de clubes.
En definitiva, comparto tu opinión y creo que, a corto plazo, es prácticamente imposible dar un giro a esta situación, por lo que tendremos que acostumbrarnos a ver siempre a los mismos equipos en este tipo de listas año tras año.