Dr. José Luis
Felipe Hernández
Facultad
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad Europea de Madrid
Joseluis.felipe@uem.es @joseluis_felipe
“Estos son mis principios, si no le
gustan, tengo otros”.
Groucho Marx
Según
el Instituto de Marketing y Opinión Pública, el 85% de los patrocinios que
recuerdan los consumidores provienen de espectáculos deportivos. Además, se
estima que el 10% de los espectadores de un evento deportivo son menores de
edad. Debido a esto, y como medio para evitar que el alcoholismo entre
adolescentes españoles, en el año 2002 se modifica la Ley General de Publicidad
34/1988, añadiendo el artículo 5.5 que prohíbe el patrocinio de cualquier tipo
de bebida alcohólica en eventos deportivos.
Se
da la casualidad que la gran mayoría de los clubs deportivos están inmensamente
endeudados (sólo en la 1ª División de fútbol española, los clubs deben a
Hacienda 4.000 millones de euros, y de cada 100 €, 93 son cubiertos por
financiación y endeudamiento), y que los grandes eventos deportivos tienen
grandes problemas para llevarse a cabo debido a la falta de financiación de
patrocinadores. Precisamente hoy, 18 de febrero de 2013, el presidente de la
Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, ha afirmado “No quisiera que desapareciera ningún club,
pero me temo lo peor”.
Ante
esta situación de crisis, donde los pilares económicos del deporte profesional
y amateur, tradicionalmente dependientes de subvenciones y de patrocinio de
constructoras, se tambalean, es donde entra el juego el papel de empresas
cerveceras y vinícolas. Por ello, a finales del año 2012, 10 años después de su
prohibición, se vuelve a permitir la publicidad de bebidas alcohólicas menores
de 20º (excluyendo los licores) en eventos deportivos. Las reacciones no se
hacen esperar. El Secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal señala
que “es una buena medida que nos iguala
al resto de Europa”. Es cierto que en el resto de Europa es frecuente ver
bebidas alcohólicas como patrocinador de este tipo de eventos. Heineken
patrocina la UEFA Champions League, al Chelsea, el Mundial de Rugby, etc.
Carlsberg, por ejemplo, patrocina al Liverpool, la Eurocopa de fútbol, el
estadio de Wembley o la Fórmula 1. Patrocinadores sólidos, que mantienen a
flote, en mayor o menor medida, a estos clubs o eventos. La pregunta es, ¿nos
iguala, o somos nosotros los que retrocedemos? ¿Los problemas económicos de los
clubs (que no nos olvidemos que son empresas privadas) son más importante que
los problemas sociales en la población? De lo que no cabe duda es que cualquier
principio es susceptible de ser cambiado ante las dificultades económicas. Y si
esta crisis sigue haciendo estragos en el deporte
español, ¿tendrán las tabacaleras las puertas del patrocinio deportivo
abiertas?
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