Jorge García Unanue. Investigador en el Grupo IGOID. jorge.garciaunanue@gmail.com
El deporte competitivo y el
deporte espectáculo no se pueden definir tan a la ligera como impulsores de
la economía y motores del crecimiento, y profundizando aún más, tampoco se
pueden definir completamente como “competitivos”.
La idea de este artículo nace de una
reflexión a raíz de la lectura de una noticia titulada “La UE investiga la
financiación pública de los clubes españoles”. El tema es simple, el fútbol
profesional es una actividad económica, con un claro ánimo de lucro, y por lo
tanto, las ayudas económicas públicas orientadas al desarrollo de su actividad
sin una justificación sólida y con claros desequilibrios originan una
competencia desleal. Como vemos, este hecho trasciende por encima de lo
deportivo.
Seguro que en algún momento todo
el mundo ha reflexionado sobre el tema anterior, ya sea por las deudas que están adquiriendo,
las increíbles subvenciones que reciben de la administración pública o por la
construcción y mantenimiento de grandes estadios de fútbol, que a pesar de ser
propiedad de las comunidades, diputaciones o municipios, son explotados casi
únicamente por los equipos de fútbol locales, siendo uno de sus activos más
importantes. Este hecho es frecuente en equipos de divisiones inferiores, pero
también podemos encontrar casos significativos en el deporte profesional.
Sin embargo, existe un gran grupo de entidades que sí afectan directamente a la práctica deportiva en la
sociedad y el municipio, y sin embargo, han perdido prácticamente todas las
ayudas públicas. Hablo de los pequeños clubes deportivos locales, ajenos a las
grandes competiciones.
Estas entidades son el soporte
para que muchos aficionados a ciertos deportes de todas las edades puedan
incluir la práctica de actividad física en su vida, motivada por pequeñas
competiciones. Su caso es más que complejo. Desde el punto de vista de la
gestión deportiva pública, se podría decir que muchas de estas entidades han
estado viviendo de las rentas, ya que prácticamente todos sus gastos estaban
financiados con fondos públicos. Esto en un principio podría ser lógico, pero puede
desembocar en que algunos de ellos no se esforzaran para conseguir financiación
propia, aunque tenían esa posibilidad, deteriorando de esta manera las arcas
públicas por una ineficacia.
Sin embargo, la crisis económica
ha provocado que en una gran cantidad de municipios se elimine de raíz todas
las subvenciones que se facilitaban a estas entidades. Muchas de ellas
desaparecerán, pero otras sin embargo, se transformarán y modernizarán, tal y
como podemos ver hoy día cada uno en nuestras localidades.
Los clubes locales han comenzado
a promocionarse de manera efectiva, han ampliado sus actividades, y como
resultado, podemos ver muchos clubes y equipos que antes vivían de ayudas
públicas y ahora son autosuficientes, presentando además un mejor rendimiento
tanto en espectadores como en practicantes. Iniciativas como los abonos para
espectadores o la introducción de escuelas deportivas han sido la clave.
Como conclusión, estos párrafos me llevan a pensar, tal y como decía Einstein: “en la crisis nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias”, y a su vez plantearme la siguiente cuestión, ¿podrán los “grandes clubes” adaptar sus estrategias a su realidad, tal y como están haciendo las entidades más modestas?, muy pronto lo veremos.
Excelente artículo Jorge. Totalmente de acuerdo, los Clubes Deportivos más modestos están reinventando sus modelos de gestión con vistas a mantenerse vivos ante la marea. La sociedad está cambiando y cada vez se tiene más en cuenta la inclusión de profesionales en Gestión Deportiva en estas Entidades. Tiempo al tiempo...
ResponderEliminarUn abrazo Jorge y enhorabuena.