La
dispersión de los horarios en el fútbol amenaza un progresivo desinterés por
nuestro producto más valioso
Dr.
Pablo Burillo Naranjo (pburillo@ucjc.edu; @pabloburillo).
Profesor de Gestión Deportiva en la Universidad Camilo José Cela.
Semana
tras semana escuchamos una misma canción que se está convirtiendo en familiar,
aunque sea una queja velada a nuestro fútbol: “Termina la jornada liguera con el partido del lunes… un partido jugado
sin demasiada trascendencia y con pocos aficionados en las gradas…”.
En
la comida, un compañero, abonado del Rayo, comenta: “Anoche no fui al partido por el horario. Cuando yo retiré el abono de
esta temporada, no pensaba que íbamos a jugar tantos viernes y lunes.”. “Probablemente, el año que viene no se abone…”, pienso yo. A la conclusión del
partido, el entrenador del Rayo, Paco Jémez, declara: “Jugar los lunes y los viernes nos está matando”. Disputadas 16
jornadas de Liga BBVA, el Rayo Vallecano ha jugado un tercio de las mismas en
viernes o lunes. Y las que le quedan (…jugará el próximo jueves, laborable, a
las 20:00).
Pero
de estas palabras, que pueden sonar como excusas para muchos, haciendo una
reflexión más profunda podemos relacionarlas otras contrariedades que vemos en
nuestro fútbol: estadios vacío, equipos sin patrocinador en la camiseta,
desequilibrio en el balance competitivo, deudas con la seguridad social, etc.
Todo para llegar a pensar si: ¿Nos estaremos cargando poco a poco nuestra
querida Liga de las Estrellas?
Seamos
meridianamente claros. Independientemente de que tengamos amor por unos u otros
colores cercanos a nuestra tierra de procedencia, lo que realmente interesa a
la inmensa mayoría son los dos grandes equipos, Real Madrid y FC Barcelona. Tanto
monta, monta tanto…
De
acuerdo. Pero esto no es definitivo. La Liga española, hoy Liga BBVA, es un Producto
conjunto y complejo (utilizando los términos de marketing deportivo, tan en
boga actualmente), de mucho más que dos partidos cada jornada. Aunque a muchos
le parezca lo del párrafo anterior totalmente cierto, simplificar las jornadas
de liga a 2 partidos es como si en baloncesto nos saltamos los 3 primeros
cuartos (porque lo interesante es el último cuarto), empezamos la competición
desde los play-off, o solamente jugamos un partido de tenis a un set y
tie-break. Nuestro Producto es mucho más, y por ello debemos explotarlo
convenientemente.
Haciendo
valer la hipótesis del desinterés progresivo de la Liga (reducido a 2
partidos), la dispersión de las jornadas en 10 horarios diferentes y 4 días
puede que suponga la puntilla a nuestra competición. No es el único argumento
que haya causado el desgaste y desinterés, ya que existen otros factores
colaterales, y será mayor cuando falten los que ahora sostienen el ruido
mediático como Messi, Ronaldo o Mourinho. Pero este desconcierto de días y
horarios, que de forma intermitente van desde la noche del viernes, la
tarde-noche del sábado, la mañana del domingo, la tarde-noche del domingo y la
noche del lunes, puede llegar a ser tan perjudicial como lo es el desequilibrio
sistemático en el balance competitivo de FC Barcelona y Real Madrid sobre el
resto: saber quién va a ganar un partido no es interesante, como tampoco lo es
jugar sabiendo ya de antemano que han hecho el resto de equipos con lo
peligroso que es para la salud de la competición si el resultado del partido ya
no tiene consecuencias en la competición de esa jornada. La dispersión de
horarios en estas primeras jornadas ligueras no hace está suposición tan
probable pero lo es, y más adelante se convertirá en una forma sutil y legal de
adulterar la competición.
Y es
que vender a los aficionados que es necesario este reparto porque el producto
se vende en China, en Japón o en Estados Unidos, nos lleva a poder pensar que
entonces ¿Por qué no se juega a partir de las 2 de la mañana, si es la franja
prime-time en Brasil o Argentina (países muy futboleros) o Estados Unidos (país
con gran poder económico)? Vamos, que mientras los datos sobre la dispersión de
partidos en diferentes horarios no nos ofrezcan un verdadero retorno objetivo…
no cuela.
Además,
que exista un partido simultáneo entre equipos pequeños o menores (en términos
mediáticos, que no despectivos) será interesante si lo sumamos en un carrusel
de toda una tarde de fútbol. Un modelo de competición en donde varios partidos
de equipos poco mediáticos sean equilibrados y se disputen paralelamente para rivalizar
por saber quién dormirá cerca de las plazas europeas, o quién pasará una mala
noche en el temido hoyo del descenso. En nuestra Liga, ya queda bastante lejos
lo que los propios aficionados, jugadores, técnicos, directivos, periodistas,
agentes, federativos, etc. comentaban en
el descanso o al finalizar el encuentro “¿Qué
va haciendo Fulanito?” , esperando una respuesta que les alivie, engorde o
despeje las dudas del partido que están presenciando. Sin duda, este retrato,
tan común para muchos de nosotros, es sinónimo de un apreciado interés. Un interés
por la Competición, por el Deporte, por el Producto. Un interés que se pierde
con las jornadas de 74 horas que transcurren entre el primer partido del
viernes (del que nadie se acuerda) y del último del lunes (el que todo el mundo
olvida).
Dejo
estar reflexión…
¿Hacia
dónde vamos?...