La natación competitiva y
recreativa ha sufrido una evolución importante en las últimas décadas debido a
la apertura masiva de piscinas y centros acuáticos cubiertos, que ha favorecido
la práctica durante todo el año y el acceso a todo tipo de poblaciones. Este crecimiento
en la praxis acuática ha contribuido a un desarrollo parejo de las
instalaciones, en las que se han ido puliendo numerosos aspectos respecto al
confort, seguridad y bienestar de los usuarios a través de los elementos arquitectónicos,
materiales y de diseño.
Uno de los elementos de mayor
controversia en la comunidad científica médica y deportiva en la última década
es el tratamiento químico utilizado en estas instalaciones, que continúa siendo
mayoritariamente el cloro y sus derivados, debido a su bajo coste. Numerosos
estudios epidemiológicos han asociado la práctica de la natación con diversas
patologías del aparato respiratorio (destacando el asma y la hiperreactividad
bronquial), alergia (rinitis alérgica y eczema), fiebre, conjuntivitis,
irritación ocular y otitis externa. Además de ello, en los últimos años las
piscinas cubiertas han sido sometidas a diversos análisis gaseosos en los que
medía la cantidad de cloro libre, cloroformo, trihalometanos y cloraminas en el
ambiente de la piscina generados de la evaporación de sustancias del vaso.
Quizás el paso más importante en esta labor investigadora haya sido el
descubrimiento de biomarcadores como las proteínas SP-A,B y D y CC16
(indicadoras de la integridad del epitelio pulmonar), el NO y el IgE expirado,
y ciertos indicadores genéticos que, a pesar de cierta controversia en los
resultados en algunas investigaciones, muestran cambios en sus valores tras una
exposición aguda y/o prolongada al tratamiento químico cloro en piscinas
cubiertas, lo que puede derivar en graves problemas de salud.
Para evitar estos problemas se
sugiere una buena ventilación y un control exhaustivo de los parámetros
establecidos por las legislaciones autonómicas en material químico. No
obstante, también existe la posibilidad de medir el cloro ambiente y la
ventilación de la piscina, o complementar el tratamiento de cloro y/o bromo con
tratamientos de ultravioleta u ozono, que además de minimizar los niveles de
cloro, dan una mayor calidad y desinfección al agua.
En el grupo igoid estamos al
tanto de todas las novedades e investigaciones relacionadas con este
interesante tema, dentro del cual intentamos aportar nuestro pequeño grano de
arena a través de nuestros estudios y
publicaciones , destacando el producto
de investigación 3D+i en piscinas cubiertas, en el cuál ofrecemos
asesoramiento sobre el mantenimiento de la piscina, estudio de la satisfacción
del cliente externo e interno, además de la medición de cloro ambiental en la
instalación, con el fin de ofrecer a los usuarios las mejores condiciones para
practicar la natación en piscinas cubiertas.
Para más información puedes
acceder a los contenidos de nuestra web.